¿Qué tal estimados lectores del Uróboro de Kekulé? Después de un largo semestre de escasas actualizaciones, sus amigos del Uróboro están de regreso y con nuevos temas interesantes del mundo de la ciencia que compartir. Antes de pasar al tema en turno, el cual tiene que ver con el Síndrome ACHOO (sí, es la onomatopeya de comics de Popeye el Marino cuando estornuda), me gustaría comentarles que en este momento el equipo editorial se encuentra realizando las tesis para egresar de la Facultad de Química Farmacéutica Biológica y esperamos comentarles acerca de los proyectos que estamos llevando a cabo próximamente.
Me gustaría comenzar a hablar de este peculiar síndrome preguntándole a Usted, estimado lector, si recuerda la última vez que estornudó. Si fue al abrir su ventana para revisar el clima del día, al salir de su casa en camino a su trabajo/escuela/ejercicio matutino o en su última consulta al oftalmólogo, es muy probable que se encuentre dentro del no tan selecto 18-35% de la población mundial que sufre del Reflejo de Estornudo por Luz Brillante, también conocido como Síndrome Achoo.
No hace falta ser un inmunólogo para saber que una de las causas más comunes de los estornudos es cuando nos enfermamos. Por lo general, es debido a que un agente extraño invade nuestro cuerpo y estimula la liberación de histamina de células madre y de basófilos, provocando el reflejo de estornudo al recibir su estímulo. Sin embargo y como ahora sabemos, no es la única causa del estornudo. Uno de los primeros científicos en darse cuenta del Síndrome Achoo fue J. Sedán (1954, un médico que se percató que muchos de sus pacientes estornudaban al ser expuestos a la luz de su oftalmoscopio. Posteriormente, Sedán amplió su estudio utilizando el flash de una cámara fotográfica, luz UV de la lámpara de Wood (utilizada para detectar porfirias en la piel), luz solar. Boudoqueses, otro científico de la década, publicó un estudio que vinculaba los estornudos con gente que miraba muros blancos o colores brillantes. Everett, finalmente, realizó un estudio conclusivo con 414 de sus pacientes en donde 68 de ellos (16.4%) mostraron el Reflejo de Estornudo por Luz Brillante.
Everett dedujo que los hombres, la raza caucásica y los que cuentan con familiares portadores del síndrome son más propensos a padecer el Reflejo de Estornudo por Luz Brillante.
Las investigaciones genéticas modernas han identificado al Síndrome Achoo como una enfermedad hereditaria que sigue un patrón autosómico dominante, en otras palabras y siguiendo la segunda ley de Mendel, existe un 25% de probabilidad que un padre afectado herede la enfermedad a uno de sus hijos y, de ser el hijo afectado o no, también existe la probabilidad que la enfermedad se exprese en los nietos del individuo original. Es posible concluir, queridos lectores, que seguramente Usted es o conoce a algún portador de la enfermedad.
Ahora bien, ¿De qué manera podemos explicarnos fisiológicamente el Síndrome Achoo? El padecimiento está relacionado con unas estructuras anatómicas llamadas Pares o nervios craneales, los cuales, como su nombre lo indica, se encuentran en la cabeza. Particularmente, cuando estamos expuestos a la luz, es creada una actividad parasimpática que causa una constricción ocular debido al par craneal III (nervio motor ocular común) y que conlleva a la congestión y secreción de la mucosa nasal en individuos susceptibles al interactuar con el par craneal VII (nervio facial).
Actualmente, las investigaciones sobre este tema no han cesado y algunos campos, como la medicina militar, prestan atención especial a Reflejo de Estornudo por Luz Brillante debido a que los pilotos de combate son expuestos a la luz mientras vuelan. Los estudios demuestran que la longitud de onda de la luz, es decir, el color que perciben los pilotos, no influye de sobremanera en el estornudo, resultando más importante la intensidad de la luz que incide sobre ellos.
Finalmente, estimado lector del Uróboro de Kekulé, le tengo buenas noticias si Usted es portador del Reflejo de Estornudo por Luz Brillante. Everett, el científico que dedujo la susceptibilidad de los individuos a padecer el reflejo, también estableció que existe una mayor incidencia en individuos inteligentes (les anexo el texto que seguramente les sorprenderá tanto como a mi). Así que a partir de mañana, si Usted sale de su casa a pasear a su perro y tiene el reflejo de estornudo, no se enoje ni le grite. En lugar de ello esboce una sonrisa en su rostro y siéntase privilegiado. Para su servidor y todos los que no estornudamos al ver el sol, podemos guardar la calma y sentirnos seguros de que un 9 y 10 en algún examen es sinónimo de esfuerzo sin impurezas ni mezclas racémicas.Espero poder contar con su valiosa atención en otro momento, estimado lector del Uróboro. Por el momento, me despido de Usted y le deseo un estupendo y productivo fin de semana. Hasta otras letras de ciencia.
Bibliografía
- Askenasy J.J.M. The photic sneeze. Department ofNeurology, Sheba Medical Center. Postgrad Med J (1990) 66, 892 - 893
- Lewkonia I. An infrequent response to slit-lamp examination. Moorfields Eye Hospital, London, W.C. Brit. J. Ophthal. (I969) 53, 493
- Breitenbach R.A., Swisher P.K., Kim M.K. y Patel B.S. The photic sneeze reflex as a risk factor to combat pilots. 927th USAFR Clinic, Selfridge Air National Guard Base, MI 48045-5046. Mil. Med. 1993 Dec;158(12):806-9.
